Cuando acerca la primavera y luce el sol en el norte, siempre apetece caminar junto a la costa y disfrutar de los imponentes acantilados del litoral asturiano y la brisa marinera. En esta ocasión, nos vamos a hacer una de las rutas más fáciles y pintorescas de la Costa Asturiana. Nos vamos de paseo a la Senda de los Miradores en Muros de Nalón.

La senda costera de Muros del Nalón, también conocida como la Ruta de los miradores, está ubicada en la costa occidental asturiana, en el concejo de Muros del Nalón. Cuatro kilómetros y medio de serpenteante camino empedrado, que puedes iniciar desde la playa del Aguilar, limítrofe con el vecino concejo de Cudillero, o desde la Playa del Espigón en San Esteban de Pravia.
Es un recorrido muy sencillo y apto para todos los públicos, porque es prácticamente plano, excepto el tramo del inicio o el final (en subida o bajada constante), depende donde empieces. Tanto si inicias el recorrido en un punto u otro, encontrarás zonas de amplias zonas de aparcamiento para poder dejar el coche.
Salimos de Gijón en coche a las 10:00 horas y en solo media hora ya estábamos estacionando en el parking enorme y gratuito que hay al principio de la ruta. Es una ruta lineal por lo que puede empezar o terminar en ambos lados. Puedes comenzar en San Esteban de Pravia por proximidad a Gijón, pero puedes hacerla del revés tranquilamente y dejar tu vehículo en la zona que se corresponde con el aparcamiento de la Playa de Aguilar, en donde se encuentra el Área Recreativa Playa de Aguilar.
Nosotros empezamos nuestro recorrido en San Esteban de Pravia. Puedes dejar el coche en el parking del puerto, desde donde se accede a las escaleras que inician la ruta. El camino empieza fuerte: para abrir boca tendrás que subir los 420 escalones que hay hasta el mirador del Espíritu Santo. Allí e encuentra una pequeña ermita blanca, del mismo nombre, construida en el siglo XV y en cuyo promontorio se encontraba anteriormente un faro.

En total son 9 kilómetros ida y vuelta, con parada en distintas » terrazas con vistas» a la costa escarpada, salpicada de frondosa vegetación y preciosas playas bañadas por el Cantábrico. La senda está muy bien acondicionada e informada, tiene carteles explicativos para que sepas en qué punto te encuentras y que ves a izquierda y derecha. En el recorrido hay fuentes y bancos, para descansar o simplemente sentarte a alucinar un poco con las vistas.

Aproximadamente a un kilómetro del mirador del Espíritu Santo se encuentra el mirador de la Atalaya. Desde las barandillas de su terraza se observa una línea de arena dorada que discurre a los pies de los acantilados: son las playas de la Atalaya y la Cazonera. El color de sus aguas, la arena fina y la impresionante silueta rocosa de este litoral conforman un paisaje sin nada que envidiar a la mejor playa del mundo.

Avanzamos por el sendero para llegar al Alto de las Llanas, con excelentes panorámicas, como todo el recorrido. Aquí encontrarás una zona de descanso, habilitada con mesas por si quieres recuperar fuerzas contemplando el mar desde este privilegiado observatorio. Debajo la preciosa playa de las Llanas de arena fina, a la que puedes acceder desde este punto, a través de un empinado sendero.
Ahora ya en descenso encontramos el último de los miradores, justo al lado del castro de Campón, y con su mismo nombre, observamos pequeña playa de Xilo y a la del Aguilar.

Si decides iniciar la Senda Costera de los Miradores desde la playa del Aguilar, te puedes acercar a echar un vistazo a la Playa de Veneiro o Playa de Xilo, ubicada justo entre el aparcamiento y el punto de inicio o final de la ruta. Debe su nombre al macabro hallazgo en una cueva de los restos del cadáver de Hermenegildo Álvarez «Xilo», un anciano vecino del barrio de Reboiro que había sido brutalmente asesinado días antes. Corría el año 1913… Un misterioso crimen que ocultaba una oscura trama de ambiciones, engaños y deslealtades, olvidado por la justicia años después, pero nunca por los vecinos de Muros, que rebautizaron el arenal de Veneiro como la «Playa de Xilo». Peligrosa para el baño pero de finas arenas doradas de 100 metros de longitud, a ella se accede atravesando el pedrero de cantos rodados tras descender del mirador.


Al llegar al final encuentras esta maravillosa playa El Aguilar y siempre puedes tumbarte en la arena a relajarte, o tomar algo en el bar de la playa que esta muy bien y en ocasiones tienen música en directo o comer en el area recreativa.
Si has elegido terminar en la Ermita, ya de vuelta en San Esteban de Pravia, has llegado al lugar perfecto para probar las exquisiteces que nos ofrece el mar Cantábrico y la estupenda gastronomía asturiana.
El hoy puerto pesquero y deportivo de San Esteban, en el margen izquierdo del río Nalón, fue hace años el único puerto carbonero de España y alcanzó su máximo esplendor entre finales del S.XIX y mediados del pasado S. XX.

En el paseo fluvial podrás ver las antiguas grúas y cargaderos, testigos de su reciente pasado industrial. Un puerto que rebosaba actividad e incesante movimiento, ya que daba salida al carbón extraído de las cercanas cuencas mineras, que se transportaba en barco hacia las zonas industriales de País Vasco y el Mediterráneo.
Además de su encanto, el puerto tiene una gran oferta gastronómica. Su paseo fluvial está lleno de bares y restaurantes en los que podrás probar el exquisito pescado y marisco fresco
DATOS PRÁCTICOS DE LA RUTA:
Parking:
- Hay un parking enorme y gratuito al inicio de la ruta, el correspondiente al de la Playa de Aguilar.
- Coordenadas: 43.55393, -6.11401.
Distancia total (ida y vuelta): ≈ 9 km.
- Dificultad: baja en cuanto a la señalización porque no tiene pérdida ninguna; baja – media en cuanto a la forma física necesaria porque hay que subir 200 escalones además de un par de cuestas de lo más pronunciadas.
- Mis tiempos:
- Tiempo caminando: 2 horas.
- Duración total: 3 horas 20 minutos.
- Punto de inicio de la ruta: 43.5541, -6.11402.